Sculpt Flow - Un desafío divertido

No me gustaba la idea de ir al gimnasio, de hacer pesas, de ejercitarme sola. Desde niña, siempre han sido las clases grupales las que tienen en mi vida más sentido. Empecé practicando ballet, y lo hice durante muchos años porque se trataba de una manera de estar enfocada, de moverme a conciencia. Después, la necesidad de descubrir otros puntos de conexión entre la mente y el cuerpo hizo que me enamorara del yoga. Vinyasa es mi pasión yogui: ese fluir entre las posturas y la respiración (que a veces es un reto), para encontrar calma y presencia. Descubrí que una gran forma demantenerse en el momento presente, en el tapete, es a través de la música.

La música es parte de mí. Mi historia, como la de tantos, está llena de melodías. Todos tenemos un soundtrack que nos acompaña. También canto, aunque desafine. Y por eso me fascina sincronizar las secuencias de mis clases con canciones, sonidos distintos y mantras. Además de ayudar a construir atmósferas, la música es siempre un motivador importante; sobre todo cuando se trata de practicar algo tan desafiante como Sculpt Flow.

Sculpt Flow no es yoga, es ejercicio funcional que se vale de algunas posturas de yoga para generar secuencias de fuerza y resistencia. Lo conocí en 2018, cuando entré en contacto con la que ahora es mi familia yogui de Lotus House of Yoga (USA). Cuando decidí abrir Lotus México, supe que traería también las clases de Sculpt Flow al estudio. Al principio me costó trabajo, había que usar mancuernas y bandas de resistencia, y como les decía no me gusta cargar peso. Pero llegó un momento en que hasta pude encontrarle gusto a la secuencia menos favorita de todo yogui que entra a sculpt: cardio. 

Cargar algo de peso ayuda a los huesos y músculos, regula las hormonas. Sudamos, miramos al de al lado esforzarse igual que nosotros. La música suena —me gusta trabajar con diversos estilos musicales— y encontramos una clase de poder interior que no conocíamos. Los límites que nos habíamos impuesto se rebasan de a poco. Hacemos comunidad. Terminamos cansados, pero con esa sensación de nutrimento que solo se consigue a base de esfuerzo. Sculpt es repetición, es energía. 

Ahora, el próximo 6 y 7 de abril Lotus abre por primera vez una certificación de 10 horas para todos aquellos que deseen profundizar en su práctica o impartir clases de Sculpt Flow.


Yo llegué sin expectativas a mi primer clase de Scuplt Flow y me sorprendió mucho. Conecté de inmediato con la música, recuerdo que me tocó una playlist que ahora yo también utilizo, y ahí viene una canción que me encanta, Kings and Queens de Ava Max. Apenas comenzaba a practicar Vinyasa, y no tenía idea que sudar al mismo tiempo en Scuplt iba a ayudarme a fluir y sentirme más cómoda en mis asanas.
— Gala González
Sculpt Flow me ayudó a entender que hacer ejercicio es divertido y energéticamente enriquecedor. Soy maestra de yoga por un lado, de kínder por otro. Al comenzar a impartir las clases de Sculpt descubrí que soy capaz de motivar a todos mis alumnos por igual. Me siento más suelta, más fuerte, y he notado un gran avance en mi práctica personal de yoga. Son solo 45 minutos de tu día, así que no hay excusas
— Milu Ramos

Otros artículos relacionados


 
Anterior
Anterior

Biografía del silencio -El arte de meditar-

Siguiente
Siguiente

¿Cuál tapete de yoga me recomiendas?