UN MES PARA AGRADECER
En noviembre la luz es distinta, todavía es otoño pero aparece la brillantez del invierno. Las mañanas se vuelven más frías, también más luminosas. Es cuando más disfruto la rutina matutina que ya les he contado: despertarme pasadas las 7:00 am, realizar mis rituales de cuidado personal, tomar un vaso de agua de limón con cúrcuma y jengibre, meditar, escribir en mi diario de agradecimiento mientras me tomo un café, y prepárame para dar mis clases. Comenzar mis días así, en conexión conmigo misma, me ha ayudado a darle más estructura al resto del día. ¿Y si lograra mantener y trabajar esa conexión conmigo durante el mes entero?
Noviembre empieza con el Día de Muertos, una fiesta propicia para recordar no solo a los que ya no están, sino a los que nosotros mismos hemos sido hasta ahora. Es un buen momento para honrar nuestro pasado y las decisiones que nos han traído hasta donde estamos; también para despedirnos de todo aquello que ya no queremos, que arrastramos, que no nos hace falta. El mes continúa con Diwali, la festividad de las luces en la India (este año es el 4 de noviembre), y se trata justo de hacer espacio en los hogares, quitando lo que ya no es necesario y después decorando todo y llenándolo de luz. Diwali celebra esa victoria de la luz sobre la oscuridad, el bien sobre el mal, el conocimiento sobre la ignorancia, y con esta fiesta se da inicio al Año Nuevo hindú; significa entonces otra oportunidad más para agradecer y evaluar lo que realmente importa.
Si en lugar de hacerlo en fechas especiales, nos proponemos en cambio agradecer algo (lo que sea) a cada rato, como lo hacemos con cada práctica de yoga, tal vez ese agradecimiento continuo pueda llegar a transformarse en un hábito. Y qué mejor manera de llegar al Día de Acción de Gracias a finales del mes que habiendo vivido cada día el significado de “Thanksgiving”: que no es otra cosa que expresar o sentir gratitud.
Si te gustan los calendarios y llevar una agenda como a mí, tal vez puedas dedicar cada día de aquí a fin de año a dar las gracias por algo distinto. Puestas así, a lo largo de los días, las cosas que podemos agradecer pueden llegar a ser muchas y sorprendernos. Por mi parte comienzo hoy, agradeciendo su presencia y su luz. Gracias por leerme, por practicar conmigo, por su cariño y amistad. ¿Tú que agradeces hoy? Te leo en los comentarios.
Pablo d’Ors es sacerdote, escritor y fundador de una red de meditadores llamada “Amigos del desierto”. Su interés por el silencio, la necesidad de encontrar refugio en un mundo lleno de ruido, lo llevó a querer observar con detenimiento las consecuencias de simplemente sentarse a meditar o intentar meditar. Este pequeño libro es el recuento de ese viaje interno lleno de obstáculos, de esas “sentadas” y las consecuencias que poco a poco fueron trayendo a su vida diaria.