Iyengar, Ashtanga, Vinyasa, Restaurativo, Yin Yoga, existen tantos estilos de yoga que muchas veces es difícil saber dónde o cómo comenzar. Es por eso que quiero platicarte sobre los estilos de yoga que practico y enseño para que puedas tomar una decisión informada y encuentres el estilo que más se adapte a tus gustos y necesidades.

La primera vez que tomé clases de yoga fue hace más de 15 años en la UNAM, el anuncio de la clase simplemente decía YOGA, y decidí entrar porque sabía que el yoga ayudaba a tener mayor flexibilidad y fuerza. Honestamente no me enganchó, vagamente recuerdo cómo eran las clases y a los meses abandoné la práctica. Años más tarde, 2011, entré a trabajar a una gran empresa y una de las prestaciones eran clases de IYENGAR YOGA. No había otra opción, así que sin saber a ciencia cierta qué era Iyengar yoga, y mucho menos que había un sin fin de estilos por explorar comencé a participar en estas clases. La verdad es que era justo lo que necesitaba, fuerza, flexibilidad y sobre todo alineación en las posturas para cuidar una lesión de rodilla que tenía. ¡Me gustó!, tanto que, practicar un día a la semana comenzó a parecer poco. Como caída del cielo una compañera de la preparatoria publicó que comenzaba a dar clases y ¡a domicilio!. Deify, mi maestra adorada, me introdujo al mundo del VINYASA YOGA y fue amor a primera vista con este estilo. Música, movimiento, fluidez acompañaban estas clase y ahí fue donde finalmente y por asares de la vida di con el estilo que más llevo practicando, el estilo de yoga que me llevó a mi primera certificación y del cual guío prácticas cada semana desde hace cinco años. Ahora, después de años practicando me gusta variar de estilos, aprender de diferentes maestros y me doy cuenta que al final todos los caminos llevan a Roma, es decir, cualquier estilo de yoga tiene el mismo objetivo final, generar bienestar físico, emocional y mental, ayudándonos a conocernos mejor y conectar con nosotros mismos, con el momento presente y con los demás.

La verdad es que fui muy afortunada y persistente en la práctica y eso me llevó a encontrar el estilo de yoga que se adaptaba mas a mi, sin embargo se que muchos pierden el interés en el camino o que se encuentran con una clase que cero les gusta y no vuelven a practicar, es por eso que quiero contarte, desde mi experiencia, cómo son estos estilos.

VINYASA YOGA

Mi lugar seguro y feliz. Si veo una diversidad de ofertas de clases y en ellas está Vinyasa, es prácticamente un hecho que esa es la que tomaré.

El Vinyasa, para mi, es como el “hijo inteligente y rebelde, que quiere seguir su propio camino” del yoga. La base es el Ashtanga Yoga, secuencias pre-establecidas de posturas que vas aprendiendo una a una y de poquito a poquito. En vinyasa, practicas las posturas del ashtanga pero sin una secuencia pre-establecida, lo que implica que bajo la guía de tus maestros (los cuales aprendieron a secuenciar de forma inteligente) practicarás secuencias creativas y únicas. Esa libertad en la clase te lleva a conocer una gran diversidad de posturas, algunas desafiantes, muchas otras relajantes, siempre acompañadas de lo más importante, tu respiración. Otro componente relevante de este estilo es la música, que te ayuda a fluir entre posturas y te transporta a esta experiencia en donde el movimiento y la respiración se vuelven uno.

Al ser secuencias únicas, habrá días que te encuentres fluyendo al ritmo de los violines y pausando varias respiraciones por postura y otros en que, tal vez, con cada respiración transiciones entre posturas y el ritmo de tu canción favorita acompañen la práctica.

Si te gusta moverte, los retos, la música y al mismo tiempo buscas un espacio de relajación, definitivamente esta práctica es para ti.

YOGA RESTAURATIVO

Mi segunda certificación de yoga fue en alineación restaurativa, ya que quería aprender a cuidar a mis alumnos de la mejor forma posible en las clases y así lograr prácticas sanas y sostenibles a largo plazo. Lo que me encontré en este estilo de yoga fue mucho más de lo que pude haber imaginado. 

A través de movimientos lentos y conscientes ayudas a relajar el cuerpo e ingresar al modo de recuperación/sanación (sistema nervioso parasimpático) lo que te lleva a traer equilibrio a tu cuerpo. En una clase de yoga restaurativo las posturas se mantienen por 5-20 minutos, lo que significa que en una clase probablemente se incluyan solamente 5-10 posturas. En esta clase te encontrarás utilizando cobijas, bloques, bolsters (almohadas muy firmes), cinturones y backmitra, todo esto con el objetivo de ayudar a tu cuerpo a alinearse y relajarse. Si te estas recuperando de un trauma o lesión, tienes movilidad limitada o simplemente estas buscando una práctica suave y reconfortante, esta opción es para ti.

YIN YOGA

Mi más reciente descubrimiento en este basto mundo del yoga, la práctica que no puede faltar en mi semana y que me ha mantenido estudiando durante el último año.

Yin yoga es el opuesto al fuego y movimiento que nos dan las prácticas de ashtanga, vinyasa, power o rocket yoga (básicamente prácticas Yang), siendo el frío y la quietud dos de sus cualidades principales. Y aunque parezca fácil, abarca tensiones estáticas por 2-5 minutos que pueden significar un gran reto. Estas tensiones de larga duración trabajan con los tejidos profundos del cuerpo (fascia, tendones, ligamentos), rehidratándolos, flexibilizádolos y revitalizándolos.

Desde mi experiencia, mezclar prácticas Yang, en donde trabajas a nivel muscular, con la práctica de Yin te trae un bienestar integral.

Espero que este pequeño artículo te sirva para elegir el estilo de yoga que quieres practicar. Si ya te decidiste a participar en alguna de nuestras clases o si aún tienes dudas sobre cuál sería el estilo ideal para ti, por favor escríbeme, me dará mucho gusto conocerte.

Quiero saber tu opinión, ¿cuál es el estilo de yoga que mas te gusta? ¿de qué otro estilo de yoga te gustaría conocer?

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