Este 10 de octubre se celebra el “Día Mundial de la Salud Mental”, un día a tener en cuenta porque nos recuerda la importancia de mantenernos en equilibrio no sólo física sino también mentalmente, y nos hace pensar en la necesidad de ser compasivos con las personas a nuestro alrededor y con nosotros mismos. 

La importancia del sueño 

Una de las mejores formas que tenemos de hacer algo por nuestra salud mental es dormir. El sueño era uno de los últimos misterios de la ciencia, pero ahora sabemos que posee una constelación de beneficios a largo plazo tanto para el cerebro como para el cuerpo. El problema es que nuestras vidas transcurren aprisa, y siempre parece faltarnos tiempo, tiempo para descansar. Una de cada tres personas no duerme lo suficiente. Y todos necesitamos entre 7 y 9 horas por noche para que el sueño cumpla con sus infinitas funciones restaurativas. 

Hay dos tipos de sueño: el REM (sueño de movimientos oculares rápidos) y NO REM (sueño de ondas lentas), y a lo largo de la noche los dos aparecen una y otra vez, como si de una danza se tratara. El NO REM ayuda a fortalecer y consolidar la información que aprendemos durante el día, reduce el riesgo de contraer Alzheimer y algunos tipos de cáncer, además de regular la presión arterial y el sistema cardiovascular. Es el responsable de mejorar nuestro sistema inmune, y gracias a él cada día al despertar somos individuos más fuertes. 

El sueño REM, por su parte, hace las veces de terapeuta psicológico. Recoge las emociones difíciles que experimentamos en la vigilia, les quita los ángulos más dolorosos y punzantes, y contribuye a que nos sintamos mejor al despertar. De tal forma, que no es el tiempo en general sino el tiempo durante el sueño el que sana las heridas. Además de ayudarnos a sobrellevar las cosas que nos lastiman, el sueño REM también se encarga de recopilar y asociar la información apenas recibida con nuestro catálogo de vida, de ahí que dormidos muchas veces somos capaces de resolver los problemas que no pudimos cuando estábamos despiertos. 

Así que ya lo sabes, una de las mejores cosas que puedes hacer por ti es dormir. Trata de hacerlo todos los días a la misma hora, aléjate de la cafeína durante la tarde y de las pantallas lo más que puedas antes de irte a la cama (para que las hormonas que regulan el sueño no se confundan con la luz artificial creyendo que todavía no es de noche). Hazte el propósito de dormir al menos 7 horas (o más si es posible). Existe en yoga una gran opción para obtener algunos de los beneficios del sueño, sin estar propiamente dormidos. Se trata de la maravillosa práctica de Yoga Nidra y forma parte de nuestras clases en Lotus House of Yoga. 

Si quieres saber más sobre el sueño, te recomiendo el libro de Matthew Walker: ¿Por qué dormimos?

Yoga Nidra

Yoga Nidra significa literalmente “sueño yóguico”, una técnica antigua que permite al practicante ingresar en los estados profundos de relajación consciente. Es una forma sistemática de trasladar la conciencia del mundo externo a nuestro mundo interior. Es un viaje hacia adentro, que nos conduce hacia un estado de sueño profundo donde los sentidos, el intelecto y la mente se relajan, aunque permanecemos conscientes.

Nos liberamos de los conceptos de tiempo, espacio y razón. Cuando esto sucede, la actividad cerebral se reduce y el cuerpo pasa al estado de restauración. Por lo tanto, también se dice que una media hora de Yoga Nidra aporta los mismos beneficios de un sueño de cuatro horas. A medida que el cuerpo entra en este estado de relajación y restauración, se eliminan toxinas a nivel celular, se refresca la mente y se elimina el equipaje del subconsciente.

¿Y tú, qué otras cosas haces por tu salud mental? 

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